No solo la historia ha sido afectada por errores de traducción, sino también nuestro lenguaje ha sido influido de forma muy importante por ellos.
He aquí algunos ejemplos:
Paraíso fiscal: Del inglés, tax haven. Debería ser “refugio fiscal”. La confusión viene del parecido entre heaven (paraíso) y haven (refugio).
Brujas: El nombre de la ciudad belga parece misterioso y atractivo. Sin embargo, Brugge significa “puentes”, no brujas.
Canal de la Mancha: En francés, La Manche significa manga, un nombre mucho más apropiado para la separación entre Francia y la Gran Bretaña.
Echar de menos: En portugués se dice achar de menos, es decir ‘encontrar, hallar de menos. De nuevo, los falsos amigos han jugado una mala pasada.
Cabo de hornos: El nombre con el que se bautizó el punto más austral de Sudamérica no es sarcástico. En realidad hace referencia a Hoorn, la localidad holandesa en la que nació el explorador que lo descubrió oficialmente, Willem Cornelis Schouten.
Alzacuellos: En español, viene del francés, hausse-col, y está bien traducida. Pero el error está al traducir del holandés, hals-kot. Debería haberse traducido como alzarropa.
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Enlace de Fuente: El Español.